jueves, 30 de septiembre de 2010

ORACIÓN 365 - Guía de Oración Septiembre 2.010.

ORACIÓN 365 – GUÍA DE ORACIÓN SEPTIEMBRE 2010 

 

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SEPTIEMBRE 2010

ORAMOS POR UN  AVIVAMIENTO EN ESPAÑA

EN MEDIO DE SU CRISIS ECONÓMICA

 

"Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces."' (Palabra de Jehová al profeta Jeremías 33:3)

 

            Ora con esta Guía por los siguientes temas: 1- ¿A los españoles, nos esperan 10 años difíciles en lo económico? 2- ¿Es la crisis, sólo económica? 3- Ante la crisis, ¿de qué debemos arrepentirnos los cristianos? 4- Cómo tomar decisiones económicas frente a la crisis. 5- Cómo clamar por el avivamiento en medio de la crisis.

 

1- ¿A los españoles, nos esperan 10 años difíciles en lo económico? Al empezar un nuevo año escolar y laboral, 2010-2011, y una nueva década, te deseamos la gracia y las bendiciones del Padre, querido compañero de ORACIÓN 365. Cuando hace unos años, escuchamos de boca de nuestra hermana Esperanza Carrizosa que se aproximaba una crisis económica, empezamos a orar por ello y a comunicarlo a otros. Esto, cuando nadie hablaba o pensaba en esta posibilidad. Esperanza es una compañera de oración de muchos años. Ella dirige un movimiento de mujeres de oración en Cataluña, Despierta Débora. Su grupo de oración en Barcelona tiene el compromiso de orar todos los días jueves, como parte de ORACIÓN 365.

            Ahora, volviendo a comentar el tema con Esperanza, nos ha expresado su sentir al respecto: Que la década que estamos empezando no será un tiempo fácil. La crisis económica y social que estamos viviendo persistirá durante los próximos 10 años. (Esto no debe extrañarnos, cuando seguimos escuchando voces, como la del nuevo vicepresidente del Reino Unido, que acaba de reconocer que la recuperación económica de su país se tardará por lo menos 5 años. O, como las noticias de que se teme una recaída de la economía de los Estados Unidos). Esperanza entiende que, en estos momentos, el Señor llama a su pueblo a dos cosas: 1- A arrepentirnos de nuestra rebeldía, porque no estamos siendo obedientes a su Palabra. Y, debido a nuestro pecado, Satanás está ganando mucho poder. 2- A volvernos y clamar a nuestro Dios, porque entonces veremos su poder para responder y para salvar.

            Alguien puso de relieve el hecho de que Jesús habló más sobre el tema del dinero, que de la salvación. Así que, Dios tiene mucho que decirnos en el área de la economía. Ni políticos, ni economistas conocen el futuro, ni saben lo que va a pasar. Ellos no tienen en sus manos el poder de solucionar la situación. Sólo Dios tiene ese conocimiento y en su mano está el poder para intervenir. Por eso, él quiere un pueblo que le conozca. Porque el pueblo que conoce a su Dios, se esforzará y actuará (Daniel 11:32). Dios busca a un hombre o mujer que se ponga en la brecha para que él no tenga que traer juicio sobre la tierra (Ezequiel 22:30). Dios busca hombres, como Abraham, que intercedan para que el impío no perezca. Pero hay que tener mucho amor por el impío, para poder clamar por él.  "Yo creo en el poder de la oración", dice Esperanza. "Debemos buscar la justicia y la santidad de Dios, porque la oración eficaz del justo puede mucho. Dios nos enseñará a unirnos en clamor y búsqueda de él y de sus propósitos para la tierra. La palabra que he tenido en mi mente en estos días es Jeremías 33:3: Clama a mí, y yo te responderé"'.

            "¿Sabéis cuál es el Móvil de Dios? Pues…", enseñaba la maestra de la Escuela Dominical, en la iglesia de Hernani a sus niños. Esta pequeña congregación de Guipúzcoa, está en la brecha con ORACIÓN 365 desde el año pasado. El primer domingo del mes es su día mensual de oración. Hemos tenido el privilegio de participar con ellos, como lo hemos hecho con otras iglesias, en uno de sus domingos de 24 horas de oración. El pastor y los líderes de la iglesia son los primeros en tomar sus horas, en las vigilias de la madrugada o de la noche. Los jóvenes también han aceptado el reto de levantarse temprano ese domingo y orar hasta las 10 de la mañana. Luego, los niños. Ellos oran durante su tiempo de Escuela Dominical. Es ahí donde aprendieron que el Móvil de Dios es Jeremías 33:3.

            Podemos ver que a estos niños y su maestra los mueve el mismo Espíritu que a Esperanza y a sus mujeres en Cataluña. Y tú, querido/a hermano/a, ¿cómo ves el panorama? ¿Tienes algún sentir de parte de Dios que te gustaría compartir con nosotros? ORACIÓN 365 es una manera como Dios nos ha unido, para clamar por España. ¡Únete! Los siguientes pasos te prepararán para que tu oración sea la oración del justo, una oración perseverante, que prevalece y que puede mucho. Una oración que clama con fe, día y noche, y que por tanto, puede esperar respuesta del Juez de la tierra y Soberano del universo (Lucas 18:1-8; Santiago 5:16).

 

2- ¿Es la crisis sólo económica? Es evidente que vivimos una crisis económica y laboral grave. No podemos negar la evidencia, ni falsear los datos. No podemos dejar de compadecernos, y de alguna manera intentar ayudar a paliar el drama de: 1- Los más de 5 millones de parados, el 21% de la población laboralmente activa de España. 2- El más de 1 millón de hogares donde ninguno de sus miembros tiene un empleo. 3- Las 4 mil (?) empresas que se destruyen cada mes. Todo esto nos duele, porque conocemos a esas personas, esos hogares, y a veces, esas empresas o negocios. A diario convivimos con estas víctimas de la crisis económica. Pero, además, esta crisis nos toca la cartera a todos nosotros. Bien sea porque tenemos que enfrentar el pago de una hipoteca, la subida del IVA, el aumento en el recibo de la luz, o la carga impositiva de más impuestos que vendrán; a todos nos toca de cerca la crisis.

            Por tanto, una actitud que debemos desechar los cristianos es la de trivializar el problema o tratarlo con la superflua actitud de la súper fe. No podemos decir que a los cristianos no nos toca la crisis, que la crisis es sólo para los del mundo. Esto, sencillamente, no es cierto. La realidad a nuestro alrededor evidencia todo lo contrario: A los cristianos la crisis nos está golpeando igual que a los del mundo. Lo que sucede es que nosotros tenemos otra manera de enfrentarla. Pero es una irresponsabilidad pretender negarla. Esta no es una manera constructiva de ayudar a los hermanos que padecen esta profunda crisis en sus hogares y negocios.

            Oremos pidiendo perdón a Dios, si ésta ha sido nuestra actitud. Mira cuál es la raíz de esta actitud: Soberbia, pensando que a ti no te va a llegar o que si tu hermano la padece es porque está en pecado. Quizás es temor e incredulidad, en vez de una fe genuina, lo que te mueve, porque no ves cómo enfrentar el problema desde la cruda realidad. Puede ser también la falta de amor o generosidad para con tu hermano o tu prójimo, no queriendo involucrarse con su necesidad, sino dándole una fórmula y solución fácil e inútil. Pidámosle al Señor que nos dé la fuerza para poder enfrentarlo todo (abundancia o escasez) en Cristo, que nos da la fuerza (Filipenses 4:13).

            Pero, una vez que hemos reconocido que enfrentamos una grave crisis económica, reconozcamos también que hemos fallado al no ver la causa real de esta crisis. No nos estamos dando cuenta de que ésta es una llamada de atención del Dios soberano, por causa de nuestras faltas y pecados. No nos hemos dado cuenta de que antes de llegar a este punto crítico, ha habido una crisis de valores y una avalancha de maldad humana. Darnos cuenta de esto, nos ayudará a arrepentirnos y a corregir lo que haga falta para ver una reforma de nuestra economía en lo personal y en la Iglesia. Esperando ver también un cambio en lo social, aunque éste lleve más tiempo. De esta manera la crisis, como corrección de Dios, habrá cumplido su propósito en nuestras vidas.

            Si la crisis de nuestro país no es sólo económica, sino de valores, ¿cómo debemos orar? 1- Pidamos perdón a Dios por la mucha y horrible inmoralidad y maldad de nuestra sociedad, porque ésta es la mayor crisis que tenemos, y la que nos ha acarreado el que Dios retire su mano de bendición de sobre nuestra economía. 2- Pidamos el perdón de Dios por la avaricia y las ansias de poder de las personas influyentes en nuestro país y en el mundo, cosas que están en la raíz del problema. 3- Oremos para que se destape toda corrupción en lo financiero, y en el mal manejo de los dineros públicos por parte de nuestros dirigentes políticos y agentes económicos.

            4- Igualmente, oremos para que el Señor desbarate los tejemanejes y la presión que ejercen las élites, los lobbies y grupos oscuros de presión a nivel nacional, europeo y mundial. Que todo salga a la luz. 5- Oremos para que el Señor use esta crisis para corregir los desequilibrios sociales, entre ricos y pobres. Que en nuestros días también se cumpla lo que María, la madre de Jesús, profetizaba: "Quitó de los tronos a los poderosos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y a los ricos envió vacíos." (Lucas 1:52.53).

 

3- Ante la crisis, ¿de qué debemos arrepentirnos los cristianos? Pensemos en cómo estamos usando los recursos que el Padre nos ha dado: Nuestro dinero, trabajo, salud y fuerzas; nuestros dones espirituales, el tiempo de que disponemos y oportunidades que se nos presentan. Es un buen momento para que todos nos examinemos, pero especialmente los que estemos pasando por una crisis económica ahora mismo. Examinémonos en lo personal, en nuestra casa y en cuanto a la administración de la iglesia local.

            En lo personal y en mi casa: ¿Estoy viviendo conforme a los principios del reino de Dios, o conforme a mis propios principios; estoy buscando primeramente el reino de Dios y su justicia, o mi propia avaricia o ansiedad –Mateo 6:25-33? ¿Estoy siendo fiel con mis diezmos y ofrendas –Malaquías 3:8-11? ¿Soy un dador alegre; estoy sembrando escasa o generosamente para el reino de Dios –2 Corintios 9:6-15? ¿Estoy mintiendo y engañando en mis negocios, o pago cumplidamente mis deudas y mis impuestos –Romanos 13:6-8? Como empresario cristiano, ¿soy un tirano, igual que los jefes del mundo, o trato con justicia y equidad a mis empleados? Como empleado cristiano, ¿cumplo debidamente con mi trabajo, o estoy robando cosas o tiempo en mi puesto de trabajo? Como hijo de Dios, ¿soy un buen administrador de lo que tengo, o estoy gastando en mis deseos, antes que en mis obligaciones y necesidades? ¿Me preocupa la necesidad de mi prójimo, o cierro mi corazón contra él –Proverbios 3:28; Deuteronomio 15:7-11? En nuestra casa, ¿estamos permitiendo que nuestros hijos gasten en cosas superfluas, o exigimos de ellos responsabilidad y sabiduría en la administración de sus recursos?

 

            En mi iglesia: ¿Estamos atendiendo a las necesidades de la casa de Dios, o sólo nos preocupa el lujo de nuestras propias casas –Hageo 1? ¿Estamos atendiendo a las necesidades de nuestros levitas, los pastores y obreros de la obra, o los dejamos que "se busquen las habichuelas" como puedan? ¿Estamos echando por el desagüe los pocos ingresos que tenemos, en la manutención de edificios que apenas usamos durante la semana, pero no tenemos para sostener a un obrero o pastor que haga avanzar la obra? ¿Atendemos a los necesitados en nuestro medio, o los dejamos solos a su suerte? ¿Compartimos los diezmos y ofrendas de la iglesia con otros ministerios, o la fidelidad y generosidad sólo las exigimos de nuestros miembros, pero como líderes no las practicamos? ¿Estamos siendo buenos administradores de los dineros de la obra de Dios; somos transparentes con nuestras cuentas; rendimos cuentas a alguien? Como pastores, ¿compartimos en las necesidades de otros obreros que dedican su tiempo y dinero a servirnos, o sólo nos servimos de ellos? ¿Hemos renunciado a ser voz profética en nuestra comunidad, aceptando subvenciones del Gobierno a cambio de poner una mordaza en nuestra boca?

 

4- Cómo tomar decisiones económicas al enfrentar la crisis: 1- No debemos tomar decisiones en base al temor o la ansiedad, sino en base a la fe y la confianza en el Padre y sus promesas y su palabra rema. En medio de la crisis, escuchemos la palabra específica de Dios para nosotros, y obedezcámosla. Es hora de aprender a escuchar la voz de Dios y a seguir su guía. No nos apoyemos sólo en nuestro propio entendimiento o experiencia. Busca la guía de Dios junto con tu esposa/o y tus hijos. Es tiempo de aprender a orar diariamente con los de nuestra casa: "Nuestro padre del cielo, danos hoy nuestro pan de cada día" (Mateo 6:11; Salmo 128). La necesidad, y la intervención de Dios, unirán a la familia y preparará a tus hijos para enfrentar el mundo. 2- Si estoy buscando primeramente el reino de Dios y su justicia, y dando para la obra de Dios, puedo confiar en que Dios el Padre proveerá techo, ropa y comida, para mí y los míos (Mateo 6:25-33), y suplirá para todas mis necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19). 3- Quizás la provisión de Dios no será para seguir con lujos y caprichos; confórmate con lo que tienes y lo que Dios te da (Hebreos 13:5). Si Dios desea pasarnos por la disciplina de la necesidad, tengamos confianza en que él nos sostendrá con sus fuerzas, como siempre lo ha hecho con su pueblo y sus siervos (Filipenses 4:10-19; Deuteronomio 8:1-10; Habacuc 3:17, 18). Este es un buen momento para que aprendas a decir: "El Señor es mi pastor, nada me faltará" (Salmo 23).

            4- Aprendamos a contar con los recursos ilimitados de Dios y no con los recursos limitados con que hasta aquí hemos contado (nómina, cuenta del banco, propias ideas, la astucia o los chanchullos del mundo). Dios quiere que crezcamos en fe, y que vayamos más allá de nuestra zona de seguridad personal. El apóstol Pedro, desanimado por el fracaso de su fe, volvió a su negocio de pescador. Pero no pescó nada en toda la noche. Cuando volvió a encontrarse con su Señor y siguió sus instrucciones de echar las redes donde él le indicaba, cogió tal cantidad de peces que sus compañeros tuvieron que ayudarle a sacarlas (Juan 21). El Padre quiere ensanchar nuestra tienda. De las ruinas de la crisis económica saldrán grandes empresarios cristianos que, como Pedro, verán la maravillosa provisión de Dios, para sí y para alimentar a los necesitados.

                       

5- Cómo clamar por un avivamiento en medio de la crisis: 1- Recordemos estas enseñanzas de un gran avivalista, como lo fue Charles Finney: "El que la maldad esté prevaleciendo, para nada es una evidencia de que no veremos el avivamiento. Al contrario, justamente ése es el mejor momento para que Dios actúe. Cuando el enemigo viene como inundación de río, el Señor levanta un estandarte de victoria contra él." Así que, no desmayemos ante la crisis o ante tanta maldad; más bien perseveremos y prevalezcamos en oración. Recordemos que no estamos orando como primera cosa para que Dios me libre a mí y a los demás cristianos de la crisis. Tampoco estoy orando para que la crisis termine. Estoy orando, como primera cosa, por un arrepentimiento y quebrantamiento generalizado, empezando por mí y mi casa y por la casa de Dios, y que toque a toda la sociedad. Arrepentimiento y búsqueda del Señor, es lo primero.

            2- A la pregunta de ¿cuándo podemos esperar que ocurra un avivamiento?, Finney responde: "Simplemente, cuando estamos en necesidad de él. Si necesitamos ser avivados, es nuestro deber ser avivados. Si es un deber, entonces es posible que ocurra. Y, por tanto, debemos ponernos manos a la obra, para ser avivados, para avivar a otros cristianos y para convertir a los pecadores." Oremos para que el pueblo español se vuelva a Dios, en medio de esta crisis. Que éste sea el momento que Dios use para traer un gran avivamiento entre su pueblo y una gran cosecha entre los perdidos.

            3- De todas maneras, no dejemos de orar por nuestros dirigentes políticos, por los banqueros, empresarios y economistas, para que Dios guíe sus decisiones. Decisiones, como las de los dirigentes de los Estados Unidos o Europa, nos afectan a todos. (1 Timoteo 2:1-4). 4- Cla-memos para Dios levante a posiciones de autoridad e influencia a hombres o mujeres que conocen a su Dios y que pueden salvar a la tierra del hambre, como fue el caso de José (Génesis 41). 5- Al mismo tiempo, no dejemos de clamar por la misericordia y la provisión del Padre para nuestros familiares, amigos y conocidos que lo están pasando mal con la crisis (Mateo 5:45).

            6- Si cumplimos los requisitos de 2 Crónicas 7:14, podemos esperar que Dios perdonará nuestros pecados, sanará nuestra tierra, nos dará prosperidad, y además derramará su Santo Espíritu, como nunca antes sobre España (Joel 1 y 2). Clamemos al Señor, con la confianza de que, efectivamente, él nos responderá y nos enseñará cosas grandes y ocultas que ahora mismo no conocemos, pero que debemos conocer para el bien nuestro y el de nuestro pueblo. Y, entonces sabremos que toda esta dura y larga crisis habrá merecido la pena, porque nos ha traído una gran cosecha para vida eterna. ¿Amén?